Según la tradición andina cada uno de nosotros es portador de una semilla de luz que puede ser desarrollada con el propósito de alcanzar niveles de iluminación espiritual, esto según la tradición solo es posible en la medida en que logremos caminar por el sendero de energía viviente de la espiritualidad andina (kawsay puriy).
Todo ser humano sin exclusión, posee la
potencialidad de crecer espiritualmente, siguiendo el
ejemplo del Sapa Inca (único Inca), pues la tradición andina considera a su
soberano como un ser privilegiado e iluminado, elegido por los dioses del reino
superior del hanak pacha (mundo de arriba).
“Inca muju” es una metáfora en la tradición andina que representa el poder que tiene el ser humano de hacer crecer la luz desde su interior, desde sus propias raíces y atributos, con el tiempo la semilla debe germinar y desarrollarse como un árbol mágico, frondoso y portador a su vez, de semillas de paz, luz y amor universal.
“Inca muju” es una metáfora en la tradición andina que representa el poder que tiene el ser humano de hacer crecer la luz desde su interior, desde sus propias raíces y atributos, con el tiempo la semilla debe germinar y desarrollarse como un árbol mágico, frondoso y portador a su vez, de semillas de paz, luz y amor universal.
En el intento de alcanzar la iluminación de la consciencia
humana, se adquieren capacidades y niveles de desarrollo físico, emocional,
mental y espiritual, que los maestros andinos por su parte, tienen la
responsabilidad de instruir a los iniciados de la tradición, en dicho sendero
de energía viviente.
-Takiruna-